«
Vivimos más conectados que nunca, sin embargo, jamás habíamos estado tan solos, tan separados los unos de los otros, de nosotros mismos y del mundo natural. Nos sentimos alienados, desarraigados y angustiados… Exiliados en busca de nuestro lugar en el mundo. Y es que la pérdida del sentido de pertenencia es la gran herida silenciosa de nuestro tiempo.