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Cuando Agatha se entera de que Jordi, su esposo, le es infiel, su mundo se desmorona. Su familia, aquello que tanto le ha costado construir a base de esfuerzos y sacrificios, peligra con desmoronarse. Aquella imagen de matrimonio perfecto que tanto le ha costado crear a lo largo de los años está a punto de desaparecer.
Luego de una cena para el olvido, y tras la correspondiente rencilla marital seguida por una reconciliación atada con un hilo tan delgado como la entereza de su esposo, parece haber una luz al final del túnel, un ápice de esperanza de conservar aquello que tanto añora, pero al despertarse, durante la noche, descubre algo tan horroroso que la llevará a dudar hasta de sí misma.
Su pérfido esposo se encuentra a su lado, con un cuchillo hundido en el pecho, y todo apunta hacia una sola dirección.