Sara sufre un fuerte varapalo con la muerte de Edu, su marido y padre adoptivo de su hija Paula. Partir de cero con una familia política que jamás la quiso no es fácil, pero ella no está sola.
Olga es la madre de Valeria, prima de Paula, y estuvo casada con uno de los hermanos de Edu. Por esa razón, la comprende mejor que nadie y se perfila como la candidata ideal para emprender juntas un nuevo proyecto laboral, lejos de los entresijos de los Montenegro.
En la verde Irlanda, adonde ambas se escapan antes de Navidades para conocer el imponente internado en el que estudian sus niñas, Sara descubrirá nuevas emociones y se encontrará con una realidad que, lejos de estar enterrada, se le aparece más viva que nunca.
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